martes, 1 de abril de 2008

TIEMPOS SECUNDARIOS


Hace unas semanas, una amiga de tiempos del colegio me contactó vía Facebook. Llevábamos varios años sin contacto alguno y fue una sorpresa saber de su existencia actual y, además, todo el entusiasmo que ponía en este reencuentro. Siendo sincero, me costó creer en un principio que mi compañera de banco, mi amiga y primer amor -de esos que cuesta olvidar y necesitas entrar por un largo período en rehabilitación- pusiera mi nombre en el buscador y diera con mi paradero virtual.


Esta es la anécdota. Lo que se sigue de ella apunta a que el tiempo pasa y su paso nos da la impresión de madurez. No dudo de que veo la vida desde otro punto de vista a cómo lo hacía ocho años atrás. Ni tampoco que he cambiado, también mis intereses y mis amigos. Pero, al final de tanto cambio, detrás de escena, seguimos jugando, tal cómo lo hacíamos en los tiempos de la secundaria. Algunos se reinventan en la universidad, cambian de look y logran un primer lugar en la película; un protagónico de aquellos. Pero, les aseguro que el estómago se sigue apretando cuando tenemos que enfrentar algo; nuestros miedos siguen ahí, quizá más intensos que antes; y nuestros gustos, pueden ampliarse, mas sigues poniendo en primer lugar ese plato que sólo tu mamá sabe hacer.


Al final, seguimos siendo los mismos. O, por lo menos yo, que me quedo sin palabras por un rato cuando ella insiste en que nos juntemos a tomar un café. Son ocho años de distancia. En comparación con la historia de la humanidad, NADA. Parece que fue ayer cuando busqué en las palabras escritas la expresión de lo que sentía. Y fue momentos atrás cuando ella me contó que las había guardado y que teníamos que juntarnos para ver qué le decía y cuánto habían cambiando nuestras vidas. Veremos qué pasa y si eso que sentí pasó. ¿Qué creen uds? Vp.

Soundline: Al Green. Con eso les digo todo. Seguro, el maestro del soul y el R&B más tocado en los soundtracks de películas románticas. Y perfecto para todo tipo de reencuentro. Imagínense cruzando la calle y por segundos ver los ojos de tu amor de secundaria. Apuesto que alguna canción de Al estaría sonando por los aires.

Let's stay together - Al Green

domingo, 30 de marzo de 2008

COCINANDO LOS DÍAS


Una amiga me confesó este fin de semana algo que, en los días que corren, puede llamar la atención. Para ella, la cocina entendida como el arte de mezclar ingredientes para provocar -y no sólo para matar el hambre- no era atractiva. Deduzco que prefiere que alguien más capacitado cocine. Ahora, no se negaba a aprender y tomarle el gusto al arte culinario.

Luego, la conversación deribó a que yo aceptara mi cercanía con las ollas y los condimentos, el juntar sabores; arriegarme con la sal y la pimienta. Y no soy el único. Varias pruebas demuestran que el cocinar superó el estigma de labor tortuosa. Paseen con más cuidado por los supermercados y verán a más personas -en su mayoría hombres- comprando nuevos productos y condimentos. Revisen las revistas de decoración y verán cómo están los arquitectos diseñando las nuevas casas: con cocinas que parecen factorías de ricos sabores. Y en último caso, miren para atrás y recuerden cuándo fue la última vez que se sentaron en algún restorán y acompañados por un buen vino, se atrevieron a degustar.Los hábitos están cambiando, y el estómago se ha visto más que favorecido.

Una razón psicológica y social podría explicar este volcamiento a la producción gastronómica. Como parte de un ejercicio, el género masculino ha visto en la cocina el escenario ideal para poner a prueba la toma de decisiones. Es sabido que una buena parte de la administración -en todo ámbito, y no sólo en las empresas- tiene relación con la capacidad de considerar recursos, variables y resultados, para optar por el camino más correcto. Y no solo, sino movilizando a más personas. Bueno, ¿no es eso cocinar?

Las mujeres vienen haciéndolo hace mucho tiempo y en ellas este "sentido nuevo" para la cocina es algo más que interiorizado. Ahora, la condición sexuada -y no sólo sexual (los remito a Julián Marias)- pone una nota distintiva. Porque si en hombres la razón pesa más a la hora de las decisiones, en la mente femenina el sentido común y la intuición hacen que la balanza se cargue hacia uno de los dos lados. Es de vida doméstica la típica escena que se da con un hombre y mujer que a la hora de decidir algo, él considera todos los detalles, lee todos los comentarios y foros a su alcance, buscando claridad en la oscura confusión de ofertas, modelos y futuras opciones. En cambio, la mujer, abrumada por tanta verborrea mental, confía en su instinto y decide, poniendo punto final (tanto así, que habemos algunos que teniendo claras las opciones, buscamos, en una mujer, ese empujoncito instintivo e intestinal propio de ellas). Pasa, obviamente, en la cocina. Pongan a un hombre y a una mujer en una cocina, con una receta puntual y con los ingredientes necesarios. ¿Cuál de los dos seguirá al pie de la letra lo que está escrito? ¿Quién, hombre o mujer, seguirá sus corazonadas y no mezclará según medidas exactas?

¿Quiénes leen las instrucciones de los paquetes de fideos, jaleas y sopas tantas veces como sean necesarias?

Eso sí, hay algo que compartimos -hombres y mujeres- y es el deseo de superar las expectativas, en especial si has dedicado tiempo y ganas a una preparación culinaria. A fin de cuentas, el cocinar también tiene mucho de "planificar para ser sorprendidos".Vp.


Soundline: el del día de hoy trae además una breve reseña fílmica. Tuve el agrado de ver a Steve Carell en quizá su papel más serio y melancólico. La película se llama Dan in Real Life y cuenta la vida de un columnista de diarios, viudo y padre de tres hijas que se en tres días se ve forzado, por las fuerzas el destino, a vivir intensamente. De ella ,sacamos la siguiente canción, muy al estilo Charlie Brown.

Sondre Lerche & Regina Spektor - Hell No (Dan in Real Life Soundtrack)


 
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