sábado, 22 de marzo de 2008

LO MEJOR DE YOUTUBE VIDEO AWARDS: REBELIÓN EN LA SABANA

Se dieron los resultados de los premios YouTube 2007. Después de una selección previa, los usuarios votaron en cada una de las 11 categorías ("Política", "Música", "Humor", "Creativo", "Deportes", "Instructivo", etc.). En "Testigo presencial" está uno de los videos más visitados del año pasado, y el que responde de la mejor manera al slogan de YouTube: "Broadcast Yourself". Pude chequearlo y es, sin duda, una proeza del homevideo. Muestra, sin cortes, cómo es la vida en la sabana africana.



A diferencia de los documentales -que de cinematográfico y ficción tienen bastante-, Battle at Kruger se convierte en un testigo presencial, sin filtros y clichés, de cómo andan las cosas entre los animales. Destruyendo toda expectativa previa, el espectador acostumbrado al triunfo de las fieras saltará de sorpresa cuando el bruto y torpe del ecosistema rompe las reglas del guión, según National Geographic.

Estos casi 10 minutos de cámara casera son una mezcla de suerte, habilidad con el zoom y un verdadero reality show. Tiene la espontaneidad de lo real y el dramático hilo conductor de un show, con personajes y un motivo universal. Y lo mejor, es que se convierte en una fábula de la vida real, con moraleja incluida. Yo la decifré así: "uno no es ninguno; pero unos cuantos más otros varios son muchos, y la paliza sí que viene dura". Vp.

viernes, 21 de marzo de 2008

OBAMA: ¿"UNA NUEVA ESPERANZA" O EL MISMO (Y VIEJO) TRUCO?

Algo está pasando en el país del Norte. Y no me refiero a alguna catástrofe, un descubrimiento, o una nueva y prometedora banda de música (de hecho, las hay y les comentaré una en especial). Sino en la misma estructura política de los Estados Unidos. Y son varias las aristas que debes considerar cuando te atreves a comentar la política norteamericana. Así que iré por parte, intentando darles mi visión del "fenómero" Barack Obama y sus consecuencias. Let's go!

Las elecciones presidenciales norteamericanas se realizarán el cuatro de noviembre de este año. Al igual que los ingleses, en Estados Unidos la celebración más importante de todo sistema democrático -cuando los gobernados elijen a su gobernante- se lleva a cabo en un día de semana. Los votantes cumplen con sus respectivas jornadas laborales y piden permiso para ir a votar, o aprovechan la hora de colación, sin dejar de hacer lo que sus agendas disponen. A diferencia de otros países, la ceremonia del voto popular no está revestida por un sentido festivo o extraordinario. No es una "fiesta democrática" -como suelen llamar los políticos chilenos a las filas de personas esperando su turno en las urnas-. Es, más bien, una tarea voluntaria, un servicio al sistema.

Como tal, el votante no busca "pasarlo bien en la fiesta", emborracharse y ganarse una buena resaca. Su voto representa lo que él cree "mejor para la nación", para el conjunto de habitantes y el sistema que los ampara. En general, el norteamericano experimenta un patriotismo cívico; confía en la ley y en los procedimientos dictados por ella. Deposita su fe en esa maquinaria que hace de él un ciudadano con derechos y deberes claramente definidos, custodiados y respetados por el vecino.

Entonces, y más allá de los centenares globos y pancartas que preparan las oficinas de los candidatos, la elección presidencial significa un discernimiento sobre qué (o quién) es más conveniente. El jolgorio se ve opacado por la seriedad. Incluso, al momento de decidir, las promesas desmedidas son olvidadas y priman las capacidades personales, intelectuales y profesionales de quien puede ser gobarnante de la nación más poderosa del mundo occidental. Prima el "es y puede hacer ahora", versus el "podría hacer, cambiar, transformar, etc." en un futuro incierto.

Hace poco, en la disputa demócrata, los cerebros detrás de la campaña de Hillary Clinton, competencia de Obama, pusieron al aire un vídeo de no más de treinta segundos que preguntaba: en el escenario de una crisis global ¿Qué candidato preferirías que contestara el teléfono (rojo) de la Casa Blanca?. Sin responder explícitamente, aparecía Hillary levantando el telófono con entereza.

Pero cada cierto tiempo, los norteamericanos, o una parte de ellos se cansan de sólo racionalismo eleccionario y buscan algo más. Algo que les cautive el corazón. Y no necesariamente en presidentes, sino en persona(je)s con aires mesiánicos capaces de interpretar los tiempos y decir al pueblo norteamericano hacia adónde avanzar, qué males derrotar y cuál es el bien de la humanidad que deben garantizar.

Barack Obama ha contruido su fan base apelando a ese lado del votante norteamericano. Slogan como "A New Hope" y "We Can" llaman más a sueños que a realidades. Uno podría preguntarse qué promete Obama al llamarse "una nueva esperanza". O claro, preguntárselo a la gran cantidad de jóvenes norteamericanos que han creído en él y han sumado más votos a los tradicionalmente disputados.

Todo un acierto este nuevo producto del sistema político norteamericano. A logrado incluir a la ciudadanía en la disputa de los "hechos" y los "sueños", sin que nadie quede indiferente. Incluso entusiasmar al resto del mundo, que ha seguido el preámbulo de las elecciones, las primarias, como si fuera la carrera final. Y es porque en ella se juega la reubicación de los políticos gringos en el panorama global, pues tras los dos períodos de la administración Bush, la popularidad y liderazgo de quien ocupa la Oficina Oval en la Casa Blanca ha caído a niveles de dictadores islámicos y monarquías de farándula.

He ahí las razones que me mueven a mirar con otros ojos la portada que sacó Rolling Stone apoyando a Barack Obama. Antes lo habían hecho con Kerry (¿recuerdan al senador demócrata que perdió por milécimas de votos contra Bush, en su retorno?) años atrás, con Clinton y con Al Gore (sí, el que ahora intenta enfriar el planeta). En esos casos, los editores de RS buscaban destacar atributos y cambiar impresiones. Ahora no. Resaltan, insisten, subrayan "la nueva esperanza" de Obama. Destellando luz, el candidato mira con decisión el futuro prometido.

Quizá caiga en la suspicacia extrema, pero veo en esta portada, en las frases hechas pal' bronce y en la sobriedad grandilocuente de Barack Obama toda una maquinaria, que hasta el momento ha conseguido aumentar el patrón electoral vigente. Ojalá puedan los votantes norteamericanos, especialmente los que se integran por primera vez, perfilar el futuro prometido; decifrar de los épicos discursos las reales intenciones, los planes y sus resultados. En definitiva, el mundo les pide que sean más incrédulos y eviten caer en el jueguito, bastante antiguo, de las promesas y de los sueños "por cumplir (indefinidamente)".Vp.

Soundline: Will.I. Am - Yes, We Can (la ocasión lo amerita. Los dejo con la musicalización de los discursos más emblemáticos de B. Obama. Varias caritas famosas aparecen.)


miércoles, 19 de marzo de 2008

NOTICIAS DESDE EL ESPACIO: ¡LOS IPOD PUEDEN PILOTEAR NAVES ESPACIALES!

Lectores: si "invirtieron" en el reproductor de música más desproporcionado entre precio y prestaciones (sí, me refiero al iPod), tengan cuidado. El aviso también vale pa' los ascetas que se han mantenido al margen de los dominios de la Manzana. Porque fotos reveladas por el servicio de inteligencia ruso, tomadas desde la Estación Espacial Internacional, muestran a un Ipod, sí, un iPod ¡navegando una nave espacial! Cuesta creerlo pero las imágenes hablan por sí solas.




Quizá estamos a mucha distancia, pero las implicancias se hacen notar. Imagínense lo que puede significar que estos bichos tecnológicos se tomen las naves espaciales, cambien sus trayectorias y se larguen a conquistar el universo entero. Estos aparatitos tienen ventajas comparativas con los humanos: tienen más independencia energética y se entretienen solos. Su resistente material podría aguantar horas y más horas de vuelo. Y mientras recorren la galaxia buscando a posibles consumidores, pueden cantar y bailar entre 80 y 160 gigas de música sin repetir una sola canción. Ahora, un acercamiento de la terrorífica evidencia.


¿Lo pueden ver? Siguan la flecha. ¡Ahí está! Ese arrogante animalito artificial, intenta comandar la nave. El mundo científico especula: le echan la culpa a Steve Jobs, que programó a sus creaturas para gobernar el universo una vez conquistada la Tierra. Otros creen que fueron ellos mismos los que, aprovechando iTunes, se organizaron, buscaron caer en las manos de algún astronauta melómano y, una vez en la nave, tomar el control.

Ya saben. Mantengan guardados sus iPod bajo siete llaves, conéctenlos lo justo y necesario a su computador y no los enchulen tanto. Tanta sobrevaloración por este juguetito puede transformarlo en una presumida mascota tecnológica. ¡Ah! También, hacer que creas cosas muy, muy locas.

Ya, me despido, que llego la hora del paseo de Teo, mi iPod Classic.

Soundline: Dashboard - Modest Mouse (We Were Dead Before The Ship Even Sank)


UN MARTES CUALQUIERA, UN DÍA ESPECIAL


Es miércoles y escribiré sobre cosas que pasaron ayer. Quizá ya no sean noticia, pues han perdido su cuota de novedad y no son de interés general. Son, más bien, detalles, pies de página, comentarios muy al margen de la historia que se escribe día a día. Tan insignificantes son que, prefiero advertirles y si tienen cosas importantes, o bien urgentes, que hacer, por favor, dedíquense a ellas.

Lo primero, y a modo de confesión, es que a los 23 años decubrí lo que puede significar una buena "pichanga". Y no me refiero a la que se come, sino en la que se juega y se transpira. Hablo de la versión doméstica del deporte más popular del mundo, el fútbol. No intentaré justificar mi eterno alejamiento de las canchas ni profundizar en la superficialidad de este deporte. La cuestión es mucho más sencilla: no me gusta correr detrás de una pelota, y en casi todas sus versiones.

Pero lo de ayer fue especial. Significó, desde un comienzo, un desafío mayor contra la adultez, el recato y la nostalgia. Eramos cinco inexperimentados contra seis alumnos de primer año. Ellos, recién salidos del colegio, mucho más ágiles, se mostraron desde el comienzo del partido bastantes seguros de sí mismos. En cambio, en la otra esquina se encontraban viejos cracks de la Universidad. Un puñado de alumnos egresados sin tanto trainning deportivo y con más kilometraje en lo que de lectura, de viajes y de buena vida respecta. Entre esos adultos me encontraba yo.

Cuando pones todas esas cosas en la balanza y buscar luchar contra la inercia de la edad, una simple pichanga se transforma en un duelo, en un reto al destino. Tu oponente no es el equipo que defiende el arco contrario. Son tu cuerpo y tus (malos) hábitos. Es, en definitiva, esa comodidad engañadora que te presiona y no te deja ir más allá.

Pero, los viejos cracks rompimos la inercia, y después de un esfuerzo físico sobrehumano, ganamos limpiamente y fuimos más allá de la mitad de la cancha. Ahora, el cuerpo pasó su revancha y a diferencia de los de primer año, que tenían pilas para todo un campeonato, nosotros nos retiramos una vez conseguido el punto que quebró el empate. Para qué tanta codicia.

Eso en lo local. Ahora vámonos a lo internacional. Cuando llegué a casa, revisé el blog del que les hablé la vez pasada, y lo que leí me dejó "pa' dentro". Había muerto Anthony Minghella, a los 54 años. Una hemorragia cerebral detuvo la vida de este realizador inglés que logró darle al cine una mirada especial, conmovedora, melancólicamente onírica, cruda. Son muchos los adjetivos que puedes utilizar al hablar de sus películas (El Paciente Inglés, El talentoso Mr. Ripley, El jardinero Fiel, Cold Mountain, Breaking and Entering). Esta última, protagonizada por Jude Law y Juliette Binoche, pasó casi desapercibida. La crítica internacional no puso mucha atención a, quizá, su film más deslavado y gris. Yo me atrevo a decir que mucho tenía de experimento, buscando incluso convertirse en su manifiesto (la ciudad, la crisis en la pareja, los inmigrantes, los amantes, la paternidad y el perdón). Su Poética fílmica.


Minghella murió teniendo varios proyectos en ejecución. Trabajaba en la versión neoyorkina de "Paris, je't aime", como otro de sus experimentos fílmicos. Que más puedo decir, una lástima perder a tal realizador, que se atrevió a romper la inercia del ojo fílmico, a jugar "pichanga". Vp.

Soundline: Stop this Train - John Mayer (Continuum)

domingo, 16 de marzo de 2008

QUÉ VEN LOS GRINGOS CUANDO VAN AL CINE


Todas las semanas informaremos cómo ha andado la cartelera en el país del Norte. La info la obtengo de un
buen blog de cine. Tomaremos lo más curioso de sus noticias, las procesaremos y la haremos ricos embutidos de novedades cinéfilas. El cine apasiona y quizá, como decía un profesor de cine, la fórmula está en que juega con nuestras expectativas. Ahí la razón de publicar cómo andan los gringos con sus expectativas cinéfilas. Son el mercado más grande del mundo occidental, y, querámoslo o no, los distribuidores chilenos de películas se fijan en estos números.




Alguien podría contarnos cómo están las pelis de la lista, si es que ha tenido el privilegio de chequearlas por sí mismo. Por mi parte, hasta el momento sólo he podido seguir la crítica de algunos nombres de la lista. Y la que más me entusiasma es En el Punto de Mira (Vantage Point). Ah! también está la peli de Scarlett Johansson y Natalie Portman, The other Boleyn Girl. Ya es un deleite saber que un productor quiso juntar a la chica lista y a la sexy de la clase. Gracias y estaremos expectantes.
Vp.

PD: Pero les aseguro que, chequeando la suma de dólares que ha juntado, no tendremos pronto el privilegio de ver en salas chilenas a la mezcla femenina perfecta sub 25. Nos tendremos que confirmar con Horton, ese nerd elefante.

EL DILEMA DE RACHEL Y ROSS


Esto me lo contó un amigo. Y el comentario surgió entre varias preguntas que yo hacía a una amiga, probando su ética en cuestiones del amor. La cuestión dice así: una de las grandes discusiones que subyacen en los diálogos de Rachel y Ross, protagonistas de la serie Friends, es ¿cometerías infidelidad si te metes con alguien externo, estando en "pausa" con tu pareja?

¿Se entiende la idea? Ocuparé un ejemplo: Mr. Blue tiene que partir de viaje por tres meses y lleva saliendo semanas, quizá más de un mes, con la srta. Red. Lo que partió como un coqueteo mutuo se convirtió en una relación que, tenga el nombre que le den, implicaba un compromiso. Bueno, también podemos jugar con el destino y decir que Blue y Red se apartan un rato porque las cosas no andan bien y quieren "darse un tiempo". Las combinaciones son muchas. Mas, el meollo del asunto es que uno de los dos se atreve a romper el temporal celibato de la pausa.

¿Qué pasa entonces? ¿Te vuelves infiel? o en el caso contrario, ¿eres víctima de una infidelidad? Yo creo que el humo blanco aparece si consideras que hombres y mujeres responden de distinta manera a la infidelidad. Si se hiciera una encuesta, los hombres en un 99% dirían que no son infieles en una situación así, o bien no se sienten engañados. En cambio, les aseguro que las mujeres, en una amplia mayoría, se sentirían engañadas por sus parejas, o tendrían pudor en probar suerte con otros hombres. No digo que no lo harían, pero sí se sentirían culpables. Inmediatamente digo que siempre, SIEMPRE, hay excepciones... Pero, tomando la frasesilla aquella, "la excepción confirma la regla".

Lo que sigue no es muy halagador para el género masculino pero es preciso decirlo. Si hablamos de un tiempo determinado que uno ha pedido al otro, sabemos que pueden volver, reencontrarse e intentar echar pa' adelante. Lo interesante es que la mayoría de las veces es el hombre quien toca la puerta de la vecina, buscando ser invitado a pasar. Nosotros nos la jugamos por conseguir eso que nos gustó y luego, por motivos extras o bien por tedio, perdió intensidad. Es más, nunca he sabido de una mujer que juegue de mártir y "agachando el moño", dé el primer paso después de haber estado, ambos, parados en direcciones distintas.

Esto comprueba la teoría sobre el origen de los hombres y las mujeres. De Marte venimos, y a la guerra nos vamos, dejando de lado la casa, los críos y a las venusianas. Luchando lo pasamos bien o mal, pero el jueguito luego se acaba y decidimos volver a la calma de lo conocido. Vencedores (las pocas veces), perdedores (las muchas), tocamos la puerta de nuestra doncella. Nos arrodillamos (en palabras) y le pedimos que juntos volvamos a poner "play" a eso que antes funcionaba y que, porqué no, podría volver a andar.

Sin caer en la resecha sobre Friends, el que siguió la vida de los seis amigos sabe que después de la larga "pausa" de Rachel y Ross, con muchísimas recaídas en las diez temporadas, el hermano de Monica no aguantó y se la jugó. Ross, fiel al control remoto (como buen exponente del género masculino), consiguió apretar play. Vp.

Soundline: Love for Granted - Phoenix (Alphabetical)

 
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